"La dificultad no debe ser un motivo para desistir sino un estímulo para continuar"

Compra el disco de Paqui Sánchez

Disfruta de la música de Paqui Sánchez donde quieras y cuando quieras comprando su disco.

Puedes comprar el disco Óyelo bien de Paqui Sánchez Galbarro de forma segura y al mejor precio.

El espacio narrativo

EL ESPACIO NARRATIVO La historia que se narra ha de producirse en un espacio, en un lugar determinado. En una narración el espacio y el tiempo están muy relacionados. El espacio objetiva al tiempo hasta el extremo de que pensamos el tiempo como un espacio, pues solo localizándolo tomamos conciencia de él. La situación discursiva de la narración necesita uno o varios lugares, cuya presencia en el texto da veracidad al relato, sitúa a los personajes, proporciona efectos simbólicos o se erige, incluso, en verdadero protagonista, como en el siguiente fragmento de La colmena: EJEMPLO Desde los solares de la plaza de toros, incómodo refugio de las parejas pobres y llenas de conformidad, como los feroces, los honestísimos amantes del antiguo testamento, se oyen -viejos, renqueantes, desvencijados, con la carrocería destornillada y los frenos ásperos y violentos- los tranvías que pasan, no muy lejos, camino de las cocheras. El solar mañanero de los niños alborotadores, camorristas que andan a pedrada limpia todo el santo día, es, desde la hora de cerrar los portales, un edén algo sucio donde no se puede bailar, con suavidad, a los acordes de algún recóndito, casi ignorado aparatito de radio; donde no se puede fumar el aromático, deleitoso cigarrillo del preludio; donde no se pueden decir, al oído, fáciles ingeniosidades seguras, absolutamente seguras. El solar de los viejos y las viejas de después de comer, que vienen a alimentarse de sol, como los lagartos, es, desde la hora en que los niños y los matrimonios cincuentones se acuestan y se ponen a soñar, un paraíso directo donde no caben evasiones ni subterfugios, donde todo el mundo sabe a lo que va, donde se ama noblemente, casi con dureza, sobre el suelo tierno en el que quedan, ¡todavía!, las rayitas que dibujó la niña que pasó la mañana saltando a la pata coja, los redondos, los perfectos agujeros que cavó el niño que gastó avaramente sus horas muertas jugando a las bolas. –¿Tienes frío, Petrita? –No, Julio, ¡estoy tan bien a tu lado! –¿Me quieres mucho? –Mucho, no lo sabes tú bien. Camilo J. Cela, La colmena TIPOS DE ESPACIO. 1.- ESPACIO UTILITARIO O SENCILLO. Es el más frecuente: se configura un marco para que los personajes se puedan mover en él. Se trata de un lugar que puede tener una referencia en la realidad o no –una ciudad, la habitación de una casa, un avión–; será sólo un espacio útil para situar en él a los personajes. 2.- ESPACIO SIMBÓLICO. Tiene un significado añadido. Con frecuencia el valor de estos espacios parte de unos valores codificados que el lector reconoce. Para muchos lectores, un espacio abierto sugiere a menudo un espacio de libertad, mientras que uno cerrado y oscuro ha de remitir a nociones de carácter negativo. En estos casos el espacio se transforma en un “supersignificante”. Por ejemplo, en La Regenta de Clarín el templo es el espacio del poder de Don Fermín de Pas, La Encimada el barrio en el que ejerce su influencia…Veamos un ejemplo en el siguiente fragmento: EJEMPLO Alrededor de la catedral se extendía, en estrecha zona, el primitivo recinto de Vetusta. Comprendía lo que se llamaba el barrio de la Encimada y dominaba todo el pueblo que se había ido estirando por Noroeste y por Sudeste. Desde la torre se veía, en algunos patios y jardines de casas viejas y ruinosas, restos de la antigua muralla, convertidos en terrados o paredes medianeras, entre huertos y corrales. La Encimada era el barrio noble y el barrio pobre de Vetusta. Los más linajudos y los más andrajosos vivían allí, cerca unos de otros, aquellos a sus anchas, los otros apiñados. El buen vetustente era de la Encimada. Algunos fatuos estimaban en mucho la propiedad de una casa, por miserable que fuera, en la parte alta de la ciudad, a la sombra de la catedral, o de Santa María la Mayor o de San Pedro, las dos antiquísimas iglesias vecinas de la Basílica y parroquias que se dividían el noble territorio de la Encimada. El Magistral veía a sus pies el barrio linajudo compuesto de caserones con ínfulas de palacios; conventos grandes como pueblos; y tugurios, donde se amontonaba la plebe vetustense, demasiado pobre para poder habitar las barriadas nuevas allá abajo, en el Campo del sol, al Sudeste, donde la Fábrica Vieja levantaba sus augustas chimeneas, en rededor de las cuales un pueblo de obreros había surgido. […] No sólo era la iglesia quien podía desperezarse y estirar las piernas en el recinto de Vetusta la de arriba, también los herederos de pergaminos y casas solariegas, habían tomado para sí anchas cuadras y jardines y huertas que podían pasar por bosques, con relación al área del pueblo, y que en efecto se llamaban, algo hiperbólicamente, parques, cuando eran tan extensos como el de los Ozores y el de los Vegallana. Y mientras no sólo a los conventos, y a los palacios, sino también a los árboles se les dejaba campo abierto para alargarse y ensancharse como querían, los míseros plebeyos que a fuerza de pobres no habían podido huir los codazos del egoísmo noble o regular, vivían hacinados en casas de tierra que el municipio obligaba a tapar con una capa de cal; y era de ver cómo aquellas casuchas, apiñadas, se enchufaban, y saltaban unas sobre otras, y se metían los tejados por los ojos, o sean las ventanas. Parecían un rebaño de retozonas reses que apretadas en un camino, brincan y se encaraman en los lomos de quien encuentran delante. A pesar de esta injusticia distributiva que don Fermín tenía debajo de sus ojos, sin que le irritara, el buen canónigo amaba el barrio de la catedral, aquel hijo predilecto de la Basílica, sobre todos. La Encimada era su imperio natural, la metrópoli del poder espiritual que ejercía. Leopoldo Alas Clarín, La Regenta 3.-ESPACIO IRRELEVANTE. El paisaje no importa, los personajes no tienen conciencia de él. Por ejemplo en este texto de Unamuno: Al aparecer Augusto a la puerta de su casa extendió el brazo derecho, con la mano palma abajo y abierta, y dirigiendo los ojos al cielo quedóse un momento parado en esta actitud estatuaria y augusta. […] Abrió el paraguas por fin y se quedó un momento suspenso y pensando: “Y ahora, ¿hacia dónde voy?, ¿tiro a la derecha o a la izquierda?” Porque Augusto no era un caminante, sino un paseante de la vida. “Esperaré a que pase un perro –se dijo– y tomaré la dirección inicial que él tome”. En esto pasó por la calle no un perro, sino una garrida moza, y tras de sus ojos se fue, como imantado y sin darse de ello cuenta, Augusto. Y así una calle y otra y otra. Miguel de Unamuno, Niebla 4.- ESPACIO IRÓNICO. Simbólico pero a la inversa. Por ejemplo, cuando en un paisaje idílico se descubre una infidelidad, cuando una cárcel se convierte en espacio de libertad para un personaje… 5. ESPACIOS REALES O FICTICIOS. 6. ESPACIOS ABIERTOS O CERRADOS.

Compartir en redes sociales

Esta página ha sido visitada 581 veces.